Pollo al vino blanco
En esta oportunidad te damos una receta sumamente fácil pero muy deliciosa y sofisticada que puede servir para que te destaques con tus amigos o reuniones especiales.
¿Qué ingredientes necesitas para preparar Pollo al Vino blanco?
Es una receta que contiene ingredientes básicos y muy económicos, así que alistarlos todos en la mesa para que no te saltes ningún ingrediente.
- 1 Pechuga de pollo deshuesada
- 1 cebolla blanca
- 1 Cuchara sopera de mantequilla
- 40 Gramos de harina de trigo
- 1 Taza de vino blanco
- 2 Taza de caldo de Pollo
- 1 Taza de leche
- 1 Pizca de pasta de ajo
- 1 Pizca de sal
- 1 Pizca de pimienta negra
Después de tener todos los ingredientes listos, llega el momento de hacer magia en la cocina, así que manos a la obra.
Preparación de Pollo al Vino blanco
En primer lugar, se debe hacer la salsa base con el vino. En una olla, de preferencia honda, se debe colocar la porción de mantequilla, una cucharada de aceite de girasol y la cebolla, a fuego medio. El objetivo es saltear la cebolla hasta que ya esté cocida y se torne transparente.
Luego a esa mezcla, debes agregar la salpimentación a tu gusto (sal y pimienta), junto con la harina de trigo, para empezar a dar forma a una especie de salsa bechamel a la que poco a poco se le irá incorporando el vino, el caldo de pollo y la leche.
Finalmente, termina de darle sabor con el laurel y el tomillo a tu gusto, y deja que se cocine todo, hasta que espese, siempre cuidando que esté a fuego medio.
Una vez lista la salsa, es hora de cocinar el pollo; en primer lugar se debe filetear las pechugas de tal modo que quede del grosor de tu preferencia. Luego de esto condiméntalo con sal y pimienta al gusto.
Una vez esté listo para cocinar, ponlo en una sartén precalentada con un chorro de aceite de girasol, cocinando por cada lado hasta que selle y dore.
Cuando ya notes que las pechugas están cocinadas, únelas con la el resto de vino que quedó reservado y procede a apagar el fuego.
¡Listo! Las pechugas están listas para comer. Sírvelas en cada plato y calienta muy bien la salsa de vino blanco para agregarla y que esté bien calientita y sabrosa al momento de degustarla; empapa cada pechuga de pollo con ella y el plato quedará listo para comer. Se puede acompañar de cualquier guarnición como puré de papas o arroz, o si lo prefieres tu ensalada favorita.